miércoles, 19 de septiembre de 2012

El teléfono de Jacobo... en el terremoto del 85


El 19 de septiembre de 1985, el periodista Jacobo Zabludovsky logró hacer insólito para ese tiempo: hacer la cobertura periodística del terremoto que azotó a la Ciudad de México, desde el teléfono de su automóvil.

Para recordar la escena, bastan 29 segundos para verla en el video adjunto: está Jacobo subido en su auto, con la bocina de un teléfono 100% alámbrico, muy similar a los que se usaban en casa en ese
entonces.


(Video de YouTube)

¿Cómo logró hacer hacer una llamada “móvil”, en un año en el que la telefonía portátil era prácticamente inexistente?


Habrá que remontarnos a eso que llaman arqueología tecnológica para hacer un poco de memoria: la telefonía “móvil” (no se le llamó celular hasta mediados de los años 90) llegó a México quizás en 1975, sólo en el Distrito Federal, como mero experimento científico.

Para 1980, empezó a comercializarse pero únicamente en los sectores de clase alta, a través del operador AT&T --que en aquél entonces tenía presencia en México y el fabricante Motorola-- justamente para automóviles de lujo. Registros oficiales de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes aseguran que fueron únicamente 600 personas las que tenían acceso a este servicio. Jacobo era uno de ellos.

En su programa de radio "De 1 a 3", el periodista explicó, a raíz de esta anécdota, que nunca supo cuánto costaba tener un telefóno en un auto, pues éste no era de él: se lo había prestado el señor Azcárraga.

Según datos oficiales, instalar un teléfono en un auto costaba alrededor de 3,000 dólares, que convertidos a pesos de aquél año, resultaba una auténtica fortuna. El aparato en cuestión, tenía además, el precio de 4,000 dólares.

A mediados de los 80, México vivía una de las crisis financieras más
agudas, y sin embargo, Televisa logró hacer una cobertura con un teléfono que le costó más de 1,000 pesos por minuto.

Estoy llegando a mi casa de trabajo, donde he pasado más tiempo, a lo largo de mi vida, que en mi propia casa y está totalmente destruida...". Fueron más o menos las palabras de Zabludovsky... Si hiciéramos cuentas, por este mensaje se pudo haber pagado más de lo que ahora cuesta una computadora.

Era la época en la que el concepto de brecha digital –no se usaba  ese término— sonaba realmente ridículo. Sólo 600 personas en el país podían darse el lujo de hacer una llamada, de más de tres minutos,
desde su auto. En tanto que sólo 3.7 millones de mexicanos, de un total de 70 millones que había en México en 1985, usaban la telefonía fija.

Hoy, Jacobo ya no es el único privilegiado que puede hacer una llamada telefónica desde un auto: ya son más de 80 millones de mexicanos, de un total de 107 millones, que pueden hacerlo, a menos de un peso por minuto. Aún así, el avance y la innovación tecnológica sigue considerándose un lujo.

¿Si México volviera a sufrir un terremoto de gran intensidad, qué artefacto privilegiado usará Jacobo para narrarnos la catástrofe? ¿Usará Blackberry o iPhone? ¿O de plano sus colegas más jóvenes
ganarán ventaja mandando la nota a Twitter, a través de una Tablet?


(Este texto fue publicado por primera vez en el sitio de El Economista, el 3 de marzo del 2003)

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